Alfa y omega
VICENTE PASTOR DELGADO
Este símbolo lo sugiere el Apocalipsis, donde muchos creen que Cristo, así como Yahvé, es "el Primero y el Último" (ii, 8); "el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin" (cf., xxii, 13; i, 8). Clemente de Alejandría habla de la expresión como "el Alfa y la Omega por quien solo el fin se convierte en principio y el fin de nuevo en el principio original sin ninguna interrupción" (Stromata, IV, 25). Tertuliano (De Monogamiâ, v), y por Prudencio (Cathemer, ix, 10) sabemos que en el siglo IV la interpretación de los escritos apocalípticos seguían siendo los mismos: "Alpha et Omega cognominatus, ipse fons et cláusula, Omnium quae sunt, fuerunt, quaeque post futura sunt" que traduce «Alfa y Omega sinónimo, el origen y el final mismo de todas las cosas que son, fueron y serán». Fue, sin embargo, al principio de la cristiandad en que el símbolo Alfa y Omega se encontraba en boga.
Esta frase es interpretada por muchos cristianos como significado de que Dios existió desde el principio del tiempo y que existirá por siempre.
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